El verano es una época en la que, debido a las altas temperaturas, las personas suelen comer menos e hidratarse más. Si a eso le unimos que las vacaciones son el momento perfecto para realizar todo tipo de actividades al aire libre, las cuales son idóneas para mantenerse en forma y perder algo de peso, es posible que muchos de vosotros hayáis regresado de las vacaciones con algún kilo menos. Si es ese tu caso, puedes sentirte orgulloso de tus hábitos, pues no todos pierden peso durante el verano. Sin embargo, el regreso a la rutina habitual de trabajo puede hacer que volvamos a recuperar el peso e, incluso, aumentarlo. Por eso es necesario que sigamos con algunas de las buenas costumbres que hemos adoptado durante las vacaciones.
Al volver al trabajo, el tiempo libre se reduce. Ya no podemos salir a pasear cuando nos apetezca y practicar actividades al aire libre constantemente, pues los respectivos empleos tienen ahora prioridad sobre todo lo demás. No obstante, hay muchas cosas que se pueden hacer para seguir con la vitalidad que nos proporciona el verano. Para seguir sintiéndonos en forma y no ganar el peso que se ha perdido en vacaciones, es recomendable seguir con los hábitos alimentarios veraniegos: comidas ligeras (ensaladas, frutas…) y no olvidarse de beber mucha agua, aunque la sed no aparezca tan a menudo como antes. Además, en sustitución de los paseos y actividades al aire libre, podemos introducir una rutina de entrenamiento de 10 minutos diarios, tres veces a la semana, en una de las máquinas de fitness más efectivas del mercado, la plataforma vibratoria.