En un estudio reciente desarrollado en China, se demostró que el entrenamiento con plataforma vibratoria oscilante puede llevar a un significativo incremento en la densidad mineral ósea tanto en la columna vertebral como en las caderas.
Estas dos áreas, junto con las muñecas, son las que más afectadas pueden verse por la pérdida de masa ósea, tanto en hombres como en mujeres. Además, los resultados positivos de este estudio se aplican a ambos sexos, así sea en casos de osteopenia o de osteoporosis.
Siendo cada vez mayor la cantidad de casos de osteoporosis en personas mayores de 50 años, cada vez se hace más necesario buscar nuevas formas de tratamiento. En la actualidad, la primera medida a tomar es el uso de medicamentos, algo que no sólo es poco efectivo para mucha gente, sino que además ofrece una gran cantidad de efectos secundarios.
Enfoques clásicos y modernos
Más allá de poder llegar a prescribirle medicamentos, los médicos suelen pedirle al paciente que realice ejercicios de resistencia consistentes en levantar pesos.
Aunque esta práctica pueda ser efectiva, la mayoría de los programas que se diseñan para los pacientes suelen ser prescritos sin un verdadero conocimiento de los elementos necesarios para estimular una buena respuesta adaptativa a nivel óseo.
Esto resulta en programas de entrenamiento poco adecuados que no sólo tienen un efecto demasiado leve, sino que además pueden maximizar la reducción de la masa muscular magra que se produce como consecuencia del envejecimiento (fenómeno conocido como sarcopenia).
La realización sostenida de ejercicios inadecuados puede traerle al paciente grandes complicaciones. Entre ellas se incluyen las lesiones por sobreexigencia de músculos y tendones, la irritación de las articulaciones de compresión (especialmente en quienes hayan sufrido osteoartritis), y dolor en la zona baja de la espalda. Además, estos programas suelen requerir entre 45 y 60 minutos diarios de ejercicio, un tiempo considerable para la mayoría de la gente.
El entrenamiento de resistencia que se realiza a través de plataformas vibratorias elimina la mayoría de esas limitaciones. No sólo provee la fuerza necesaria para estimular una adecuada respuesta adaptativa, sino que además tiene un muy bajo impacto en las articulaciones y los tejidos que las rodean. Además, requiere apenas entre 10 y 20 minutos de ejercicio diario.
Cómo funciona la estimulación con entrenamiento vibratorio
La forma en que el entrenamiento vibratorio estimula la densidad ósea es tema de debate. Pero la mayoría de las investigaciones, realizadas a partir de la Teoría del Mecanostato, aseguran que la mayor causa es la relación entre el músculo y el hueso. Resumidamente, esta teoría establece que el crecimiento y la pérdida óseos son estimulados por la deformación mecánica local elástica del hueso. La razón para esta deformación elástica del hueso es la presencia de fuerzas causadas por las contracciones de los músculos circundantes.
El entrenamiento vibratorio involucra la manipulación de las variables amplitud y frecuencia. Estos dos parámetros, que varían de una máquina a otra, se combinan para determinar la aceleración de la plataforma (descrita como su “fuerza G”).
Como la masa o peso corporal de los usuarios es constante y la plataforma genera una aceleración, podemos determinar la fuerza (fuerza = masa x aceleración) a la cual reaccionan los músculos del usuario. Además, manipulando esas variables, estaremos en condiciones de incrementar la fuerza máxima que puede ser generada por los músculos. A través de incrementos en la producción de fuerza, basados en el mecanostato, podremos ejercer una presión mayor sobre el hueso y de esta manera incrementar su densidad mineral natural.
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